Me llamo Andrés y soy adicto al azúcar
TODO ES UN PROCESO.
HASTA COMER CHOCOLATE 85%
¡Hola!
Me llamo Andrés y soy
adicto al azúcar.
Si he tenido alguna
adicción reconocida en mi vida, ha sido la del azúcar.
Cuando era una criatura
como Garfield:
perezoso, cínico, gordo y egoísta, me ponía las botas con los dulces, todos los
dulces de todas las clases y variedades.
Me podía comer montañas de pasteles y de bollería.
Aunque, a decir verdad,
creo que el de Barrio Sésamo no me hacía ni sombra.
Y oye, superar la
adicción hacia las galletas NO es algo baladí.
Te lo dice uno que
devoraba una caja familiar de galletas María Fontaneda a la semana.
Así que, si te estás
preguntando cómo luché contra mi adicción a devorar galletas, he aquí mi
historia de superación…
No recuerdo con precisión qué día, ni en qué año fue, vi un documental hablando del veneno del siglo XXI.
¿Lo adivinas?
Exacto.
El AZÚCARRRRRRR (no el
de Celia Cruz).🔊🎶
Mientras escuchas la
canción de Celia te cuento…
De ese documental se me
quedaron grabadas dos cosas.
Lo primero es que…
La industria alimentaria
le echa azúcar a todo y pone nombres extraños en el etiquetado de los alimentos
para que no te des ni cuenta que lo estás comiendo (como jarabe de maltosa,
dextrosa, siropes, etc.).
Y lo segundo es que…
El azúcar por lo visto
era no sé cuántas veces es más adictivo que la cocaína.
Aquí me encabroné con la industria de los h…
Creo que me dio un
ataque de enajenación mental aguda cuando escuché esto.
Y sí.
Tomé esa decisión
mientras tenía una Royal butter cookie Danish en la boca, una
galleta típica holandesa.
Mira por donde, las
decisiones vitales no se pueden tomar con el estómago vacío, ni con un mal
sabor de boca, me decía a mi mismo mientras repasaba con mi lengua hasta la
última miga de esa galleta entre mis dientes.
Era algo que no podía
hacer de la noche a la mañana, así que, creé mi propio proceso de
“desintoxicación”.
Fue algo así:
Empiezo a reducir el
azúcar para reeducar mi paladar.
Tengo sustitutos sanos
y dulces que me quiten el antojo de galletas.
Sustituyo mis ansias de
comer azúcar, comiendo chocolate de 45% con lo amargo que me sabía al principio.
Fíjate, ahora no lo considero ni chocolate puro.
Después me paso al chocolate de 65%.
Después al de 75%. Si
estaba amargo el de 45%, este ni te cuento.
Después el de 85%.
Y oye, funcionó.
Ahora no tengo galletas
en casa, y el único dulce que como es fruta de todo tipo.
Solo me ha quedado una
pequeña debilidad por las crêpes con mermelada sin azúcar. En fin, nadie es
perfecto. Si me como 2 crêpes a la semana tampoco es para tanto.
Y con todo lo que queramos hacer es lo mismo.
Todo tiene un PROCESO.
Sobre todo, cuando
tienes que empezar a hacer algo que no te gusta, o con lo que no te sientes
nada cómodo.
Como, por ejemplo,
escribir emails, publicaciones…
También tiene un
proceso:
Primero piensas en la
idea del email.
Después la escribes en borrador.
Después haces una
pequeña estructura del texto para que tengas claro qué contar y cómo hacerlo.
Después empiezas a
escribir sin parar.
Después corriges lo que
has escrito.
POR FIN, Sacas la versión final.
Y vuelta a repetir...
Todo el mundo que se lo
proponga puede hacerlo, solo tiene que perder un poco el pudor.
El primer texto te
saldrá seguramente fatal, como mi primer intento al comer el chocolate de 45%,
pero poco a poco irás viendo que cada vez te resulta más fácil y que vas
mejorando.
Si tienes empeño y
practicas mucho, puede que hasta te llegue a gustar, como el chocolate 85% (nivel
pro).
Tan solo tienes que seguir el proceso y escribir muchos textos.
Y oye, con el chocolate no pero, con lo de escribir textos sí que te puedo ayudar.
Y aunque mi Curso
de Copywriting no te enseña a escribir un bestseller, sí que te enseña a
escribir historias para emocionar y hacer sentir.
Te enseña a contar
historias que la gente entienda y se emocione con ellas para poder vender.
Historias que enamoren
a la gente, y no a tu ego.
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Un abrazo,
Andrés
Bueno, ahora te dejo con tus pensamientos...
Gracias por llegar hasta aquí leyendo
Espero que te haya gustado y no olvides comentar
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Eso sí:
Yo no hago páginas de venta por 300 euros, ni emails por 50 y tengo poco hueco en mi agenda. Solo trabajo con proyectos serios que quieran hacer las cosas bien a largo plazo. Hago mi trabajo con minuciosidad, lleva su tiempo y cuesta dinero. Así que, si eso coincide contigo, entonces adelante: pulsa aquí y dime en qué puedo ayudarte.










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